jueves, 16 de febrero de 2012

Memorias de Africa, de Isak Dinesen (Karen Blixen)



Esto comenzó siendo un comentario en El blog de Perkins que se fue estirando y cobró vida propia. Gracias Perkins por ayudarme a vencer la pereza de escribir una entrada.

Memorias de Africa es uno de los libros más hermosos que que leído. Lo conservo, y cada tanto lo abro, donde se abra, y leo un capítulo.
Para mí tiene la frescura de una brisa de montaña.  Es un relato del encuentro del europeo con el africano en los primeros años de colonización, cuando Africa Oriental mantenía aún la virginidad de su esencia.
La mirada de Blixen es una mirada respetuosa, que con el tiempo se va haciendo enamorada. Ella escribe desde el exilio, de vuelta en su fría Dinamarca, luego de haber fracasado en su intento de llevar adelante una granja cafetera en Kenia.
Y se nota cómo se le cuela la nostalgia, la admiración por esos aborígenes que sobreviven desde hace siglos en sus costumbres tribales, sus sistemas sociales, su austeridad, su simbología sobre el amor y la muerte. Su relación simbiótica con la naturaleza, y con la fatalidad o el albur de sus caprichos meteorológicos.
No es la admiración incondicional de un enamoramiento ciego, no. Yo me la figuro sentada frente a una ventana, de vuelta en su país, viendo nevar interminablemente, días y días sin ver el sol, sumada a la frialdad de los convencionalismos de su entorno victoriano, y extrañar la calidez de la altiplanicia keniana y de sus habitantes.

El libro no es una novela. Es, como advierte en el título, unas memorias. Pero eso es la traducción. Porque el título original es Out of Africa (ella escribía en inglés). Muy sugestivo. Out of Africa, fuera, sin Africa, expulsada por un raro destino de esa Africa que había llegado a amar.

En sus relatos no se concentra en lo maravilloso de su fauna o vegetación. No es un libro de aventuras de alguien que fue de safari, ni la crónica triunfalista de un esbirro del Imperio. Tampoco –como sucede en la película homónima- es una historia de amor con el que encarna Robert Redford (apenas lo menciona en un capítulo).
El alma del libro es una relación humana, su relación con kikuyus, masais, somalíes y europeos “bajo el efecto de Africa”. Una encuentro de dos mundos que se contemplan con perplejidad.
Ella es una crítica de la sociedad de su tiempo, una mujer avanzada para su época. Y trasplantada en Africa no asume los hábitos del “descubridor”. Ella está sola en una granja, alejada del centro urbano y de los europeos, teniéndoselas que entender con un capataz y sus trabajadores africanos. Es integrarse o fracasar.
De esa interacción, de su reflexión, se va gestando una persona nueva, un libro diferente, escrito con la franqueza del que sabe que el protagonismo le corresponde a otro, a ese mundo que ahora la habita.

Hay muchos pasajes memorables. Pero para mí la magia del libro brota en cualquier página en que lo abra. Porque me maravilla ante todo su actitud al escribir. Su sinceridad, su honradez intelectual, podríamos decir. Podría haber escrito decenas de historias a propósito de Africa. Pero elige enfocar los reflectores en Africa misma, sin disimular su asombro, su fascinación, su sensación de sentirse pequeña y sobrecogida.

Me hace pensar cuánto nos hemos distanciado en nuestro proceso de occidentalización. Cuánto hemos ganado, y cuánto hemos perdido. Y qué distintos podemos ser los hombres a diferentes latitudes, y sin embargo seguir siendo todos hombres.
Este libro me produce ese efecto, más que otros que yo haya leído, o pelis que haya visto. No he viajado a Africa, y la versión de Blixen es la que prefiero tener (y no la de genocidios a machetazos, hambrunas, Sida endémico y largo etcétera). Me ayuda pensar que el mundo que ella conoció era más genuinamente Africa que el que yo pueda encontrar ahora.

Un gran libro. Por muchos aspectos. Para leer y volver a leer.

PD: La película me gustó mucho. Meryl Streep me parece la actriz contemporánea más talentosa. Y en esta peli conmueve. Saludos
PD2: conocer la vida de Karen Blixen es todo un capítulo aparte. De lo publicado en castellano no me han gustado sus Cuentos, editado hace poco por Alfaguara. Porque son relatos nórdicos, en un estilo literario de cuento tradicional. Me parece que eran los que ella relataba oralmente, y que luego puso por escrito.

lunes, 13 de febrero de 2012

Criadas y señoras, de Kathryn Stockett



Este libro me ha gustado mucho. Tiene la gran "contra" que se lo ha lanzado al mercado en español casi simultáneamente con la película homónima, que aún no he visto. Y uno puede pensar que es todo muy marketinero, un combo de promoción doble, con toda la impronta de Hollywood.
Pero el libro es una hermosa historia en los años sesenta en el estado sureño de Mississipi, en la región más racista de ese país, en los años de la lucha por los derechos civiles. Una pintura de las criadas negras que trabajan en las casas de los blancos, una situación que está muy cercana en el tiempo -y quién sabe en cuánto está realmente superada-.
Es mucho más que un alegato antiracista. Sus personajes están muy bien pintados: una joven blanca que se anima a discrepar con sus amigas y todo su entorno y comienza a entrevistar a las criadas para hacer un libro. Y va conociendo no sólo las anécdotas -una pintura de época, realmente- sino, y sobre todo, a las portadoras de esas historias.
Lo recomiendo mucho. Por ser una historia de la Historia, pero sobre todo porque es una novela muy bien hecha, muy humana, y hasta muy hermosa.