sábado, 14 de enero de 2012

Los perros y los lobos, de Irene Nemirovsky

Esta historia me impactó, me conmovió. Dicen los críticos que es el más autobiográfico de esta autora rusa que murió en Auschwitz. Una mujer apasionada, independiente, que nace en la dura Rusia de los zares, pero con la mirada del corazón puesta en París, por ese entonces la Ciudad Luz, orgullo de una civilización.
Cuando llega a ella puede vivir su esplendor final, y luego la caída en la barbarie nazi. Es todo un mundo que se derrumba. La Europa cosmopolita que no volverá a ser la misma. Es “El mundo de ayer”, como lo llamó en su autobiografía Stefan Zweig con nostalgia. La Europa culturalmente una, sin fronteras, que se derrumba en su geografía y en sus valores.

Son demasiados acontecimientos para una sola vida. Pero da la impresión que Nemirovsky tiene el temperamento suficiente como para vivirla, y además contarla. Como quien escribe desde su propia historia, sin tapujos, sin veleidades. La vida y las circunstancias son de tal intensidad que parece no pueden relatarse de otra manera. Como si escribiera por una necesidad imperiosa.
Y sin embargo la historia y la belleza estética de su prosa no se resienten. Se percibe esa tensión –yo la llamaría vital- y su prosa no cruje por eso. Hay autores rusos (estoy pensando en Dostoievsky) que se concentran tanto en el drama humano de sus personajes que su prosa pierde por ello(a mi gusto). Es verdad que eran otros tiempos y otra estética (no voy aquí a bajar de su pedestal al gran ruso).

Este libro es la historia de Ada y Harry Sinner, con la Rusia zarista y la Francia de la Belle Epoque de trasfondo. Una hermosa –y dramática- historia de encuentros y desencuentros. Muy humana, dura y hermosa.
No es la primera vez que el dolor y las contrariedades de la vida de un autor son el magma donde se gestan grandes obras. Me parece que este libro viene de esa fuente. A mí me gustó mucho, y me conmovió lo que podríamos llamar “la historia entre líneas", su vida.